viernes, 10 de junio de 2016

BREVEDAD POÉTICA

FOTO PROPIA

No fue difícil hallar la forma de vomitar dolor entre cadáveres reclinados, la línea del horizonte acabó desapareciendo y la curva del agua, sin embargo, cada vez fue más cercana. Las palabras, moribundas de tanto vacío, se lanzaron al mar muerto que aún escondía vida sin ellas saberlo.  
Pronto, los versos acabaron encontrándose en el fondo del océano. Muchos fueron devorados por tiburones, otros, por sus propios espíritus suicidas. Algunos, escucharon cantos de sirenas y salieron a flote atrapados por la boca de la locura. 
¿Cuál es el sentido de la vida y de la muerte? —Dijo uno. 
¿Por qué flota el hielo? —Dijo otro.
Hallada la forma de emerger, los mejores navegantes se lanzaron a la conquista del ave fénix en la tierra, desde allí lograron impulsarse hacia un lugar que llamaron espacio exterior. Cuando lo atravesaron, se confundían entre millones de estrellas, y fueron vistos desde la tierra y desde la profundidad del océano.
¿Quién explica el universo? —Dijo uno.
¿Cómo se convierte una lágrima en piedra? —Dijo otro.
No hubo voces de respuesta, sino preguntas y más preguntas; los versos admitieron que eran inaccesibles a quienes no entendieran un “todo” indivisible, la humildad, los sueños comunes. Los poetas se unieron en un alma colectiva y con las gotas de sus llantos crearon un nuevo planeta despierto a la realidad. Allí encontraron la verdadera luz, oyeron el auténtico silencio, la raíz de la sensibilidad y del pensamiento: comprendieron que a pesar del esfuerzo, estaban todos muertos.

Amanda Gamero
7 de Junio de 2016.
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