Cuando
hayan pasado tantos días
que
la piel se vuelva violeta,
y
una endeble soldadura me agarre el corazón
sin
poder ni tan siquiera latir,
aunque
vivir quiera.
Cuando
ocurra que presienta el hundimiento
y
vengan mis muertos a buscarme
en
la misma noche de julio que nací:
el
jazmín ya estará en flor.
Nunca
se olvida el aroma
de
quien se agarra a la vida y muere.
No
temas amor por mí
si
encuentras las flores sobre la hierba
después
de vivir solo unas horas.
Amanda
Gamero
8
de Mayo de 2016
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